miércoles, 25 de agosto de 2010

Festival de Cine Nueva Mirada

Del 2 al 8 de septiembre tendrá lugar en Buenos Aires la novena edición del Festival Internacional de Cine Nueva Mirada. Este certamen está orientado al público infantil, juvenil y familiar y ofrece una selección de films para distintas edades (de 4 a 8 años, de 6 a 9, a partir de 9 años, de 11 y de 13).

El festival, a cargo de la Asociación Nueva Mirada, tiene como directora a la realizadora Susana Velleggia y cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y el auspicio, entre otros, de la UNESCO y UNICEF. Su objetivo es contribuir al desarrollo cultural y educativo de los niños y adolescentes mediante la educación audiovisual, promover la diversidad cultural e incrementar la cantidad y calidad de la producción nacional de películas y programas dirigidos a estos sectores.

En esta edición participarán largometrajes de Alemania, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Georgia, Países Bajos, República Checa, Rusia y Suecia. Junto a la nutrida programación de países europeos se presentarán dentro de la muestra paralela dos films latinoamericanos: El Regalo de la Pachamama, (2008) una coproducción Boliviano-Japonesa del realizador Toshifumi Matsushita y la cinta argentina Plumíferos (2010), de los realizadores Felippo y Gustavo Giannini. A su vez, la cineasta brasileña Lucía Murat, miembro del Jurado Oficial, hará una presentación fuera de competencia de su último film Maré, nuestra historia de amor.

Entre las actividades paralelas orientadas al público infantil se destaca un taller de realización de cortometrajes. Los trabajos que elaboren los niños y jóvenes que participen de esta instancia se presentarán al cierre del festival y serán programados por la televisión holandesa. Además, en la ceremonia de apertura se proyectará el cortometraje Extraño huésped, realizado por niños de sexto grado de una escuela pública de Entre Ríos, coordinados por la realizadora Susana Velleggia.

Por otro lado, el 7 de septiembre se llevará a cabo el Coloquio Internacional de Animadores. Donde se reunirán directores y guionistas de cine de animación tanto de Argentina como otros países. En la cita se expondrá sobre las innovaciones más recientes en este campo y se exhibirán algunos ejemplos. El coloquio se complementará con dos talleres sobre Guión de Cine y TV de Animación dictados por la guinista francesa Anik Le Ray, (Kerity, la mansión de los cuentos).

Para más información:

www.nuevamirada.com

http://festivalnuevamirada.blogspot.com

lunes, 9 de agosto de 2010

Rabia


Sebastián Cordero / España-Ecuador / 2009 / 89 min / Premio especial del jurado Festival de Tokio 2009, Mejor Película Festival de Málaga 2010

Por María José Bello N.

Rabia es el tercer largometraje del director ecuatoriano Sebastián Cordero, una película que ha tenido una presencia portante en la cartelera española tras haber obtenido el premio a Mejor Película en el pasado Festival de Cine de Málaga. Cordero debutó en 1999 con Ratas, ratones y rateros (nominada al Goya como mejor película extranjera). Luego vendría Crónicas (2004) y finalmente Rabia, un thriller psicológico basado en la novela homónima del argentino Sergio Bizzio y producido por Guillermo del Toro.

Se trata de una coproducción entre España y Ecuador, que aborda la historia de dos inmigrantes latinos que trabajan en el País Vasco; él como albañil en la construcción de un edificio y ella como empleada del hogar. En las primeras escenas se aborda el filme desde una perspectiva social. El romance entre ambos personajes se enmarca dentro del contexto de “ser latino” en Europa, con todos los prejuicios y obstáculos que esta condición puede suponer. Se plantean los temas de la discriminación, las difíciles condiciones laborales y la precariedad económica. De aquí nace también el título de esta historia, “rabia” es lo que inunda a José María, quien cae en una espiral de violencia en su intento por liberarse del resentimiento que lo invade.

No obstante, el planteamiento inicial de estos temas tendrá un giro fundamental. La historia de amor e inmigración de Rosa y José María, dará paso a una película cruda, anclada en el género del suspense más puro. La laberíntica arquitectura de la casa antigua en que trabaja Rosa será utilizada magistralmente por el director de fotografía, Enrique Chediak, quien escruta cada rincón de la casona con la cámara, escabulléndose entre escaleras, habitaciones y pasillos. Hay un uso recurrente de la cámara subjetiva, la que se focaliza en el punto de vista del protagonista, quien tras un incidente se verá obligado a esconderse en las habitaciones deshabitadas de este hogar.

El clima de misterio, sumado a la música de expectación y a los lentos y prolongados movimientos de cámara, nos adentran en un ambiente oscuro y nos mantienen completamente atentos al devenir de la historia y a los desplazamientos físicos de los personajes. La imagen se caracteriza por un tono azulado, casi constante, a lo largo de la película; la luz es mortecina y si bien el filme está ambientado en la actualidad, los efectos de iluminación y el grano de la película dan como resultado una estética de los años 80.

Encontramos en Rabia algunas citas directas a la película El Resplandor de Stanley Kubrick, como en el momento en que aparecen dos niñas gemelas, nietas de los patrones de Rosa, y comienzan a recorrer los pasillos de la casa. Son interesantes también los cruces que se pueden establecer con La Teta Austada de Claudia Llosa. Pese a que los personajes femeninos de ambas historias pueden parecer muy distintos a primera vista –las trancas sexuales de Fausta vs la desinhibición de Rosa- finalmente ambas se encuentran pseudo-prisioneras en la casa en que trabajan, dominadas por dos mujeres mayores muy posesivas pertenecientes a una burguesía en decadencia económica y moral.

Rabia es una película que sorprende, intriga y emociona. No es lo que uno se esperaría de una película de cine independiente latinoamericano del momento, ni tampoco podría ser encasillada como un filme español. Es ante todo una película de género, un thriller que no escatima en el uso de los recursos del suspense. Sin desmerecer el filme, encontramos en él un ligero sabor a telenovela, no tanto en el tono de las actuaciones como en la caracterización de los personajes (el estereotipo de la mujer pobre que trabaja en una casa de ricos, que tiene un amor imposible y que es acosada por el hijo de los patrones).

Sin embargo, la construcción de la historia, la dirección artística y sobre todo la calidad de la dirección de fotografía hacen de Rabia una película que va mucho más allá de lo banal. Es remarcable el plano final del filme, un plano secuencia en que la cámara recorre por última vez la casa, como si levitara, como un alma en pena...