Por María José Bello N.
“Juan Downey. Más allá de estos muros” se titula el documental que se adentra en la vida y obra de uno de los precursores del vídeo arte en el mundo. Juan Ignacio Sabatini -sobrino nieto del artista retratado- hace un interesante trabajo de rescate del legado de Downey (1940-1993), poco conocido en Chile debido a que realizó toda su carrera en el extranjero.
La película formó parte de la selección oficial de documentales del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse en marzo pasado y acaba de ser estrenada en Chile durante el Fidocs (Festival Internacional de Documentales de Santiago) donde participó en la competencia nacional.
Sabatini ha señalado que el propósito del filme es despertar en los espectadores un interés por conocer el trabajo de Downey así como desmitificar la fama de inaccesible y difícil que para muchos tiene la obra de este artista, compuesta por más de 40 trabajos en distintos soportes como el vídeo, el grabado, la performance y la instalación, los cuales fueron expuestos en la Corcoran Gallery of Art en Washington, en el Whitney Museum of American Art en Nueva York y en el Museum of Modern Art de San Francisco, entre otros.
Tras terminar sus estudios de arquitectura en la Universidad Católica de Chile, Downey decide partir a Europa para dedicarse a la creación artística. Viaja en tren a Buenos Aires desde donde se embarca al viejo continente: su destino es Paris. Allí cursa un taller de grabado con el artista William Hayter. Su próxima estación son los EEUU, más precisamente Nueva York, donde conocerá a su mujer Marilys Belt y se establecerá para dedicarse a las artes visuales y a la exploración del vídeo como material creativo.
El documental se estructura sobre la base de los relatos de las personas más cercanas al artista como Marilys, un amigo de la universidad, su hermana Rosario y su editor en NY. Sus testimonios crean un ambiente narrativo intimista, en que se nos habla de la obra de Downey a partir de su persona: sus intereses, sus búsquedas, sus decepciones. Lo interesante es que como espectadores tenemos además un acceso privilegiado a los vídeos del artista, y con ellos, a su testimonio personal, puesto que él aparece en ellos. Juan Downey nos interpela mediado por el soporte de su creación.
Notamos estilos variados en sus grabaciones. Algunas son más personales y experimentales, y otras más sociológicas o etnográficas. Destaca especialmente la fuerza de aquel vídeo en que registra su visita de nueve meses a una tribu de los Yanomamis, indígenas caníbales de la selva Venezolana.
Juan Ignacio Sabatini, nos invita con este documental a viajar hacia el mundo de este hombre pionero y carismático, que decidió dejar su acomodada situación en el Chile de los años 60 para ir más allá de los muros que lo cobijaban y lanzarse en una excitante aventura sin retorno.
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