Blokes (2010), seleccionado en la competencia de cortometrajes del Festival de Cannes
Esta obra se destaca por su calidad artística y por la sensibilidad y profundidad en el tratamiento del tema. El relato del documental fue construido a partir de entrevistas previas que tuvo Rivas con los personajes, quienes durante el rodaje recrearon situaciones a partir de la emoción que les inspiraban unos textos basados en sus propios testimonios. El estilo resultó bastante innovador porque no se utilizó la clásica dinámica de entrevista, sino que se apostó por diluir los límites entre ficción y realidad. Luego de esta exitosa primera experiencia como directora y después de terminar sus estudios, Rivas cursó una especialización en Nueva York gracias a una beca; no obstante, se alejó del cine para concentrarse en el trabajo publicitario, en productoras chilenas y españolas. Hace algunos años comenzó a planificar su retorno al séptimo arte a través de tres proyectos: Blokes, Joven y Alocada y Todas íbamos a ser reinas. En todos ellos volvemos a encontrar al erotismo y la identidad sexual como temas centrales. El cortometraje Blokes y el largometraje Joven y Alocada cuentan con el financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual.
¿Por qué elegiste ser directora en una época en que casi ninguna mujer se dedicaba al cine en Chile?
Cuando yo entré a la Escuela de Cine de Chile era el primer año en que se impartía la carrera. No era como ahora que está de moda estudiar cine y mucha gente lo hace. Para mí fue algo de vocación. Creo que tal vez influyó el hecho de que en mi casa no me dejaban ver televisión, entonces iba tres veces a la semana al cine. No lo elegí yo, fue un llamado. A los siete años ya sabía que quería ser directora.
Era un domingo por la noche y el martes había que presentar los proyectos para el segundo semestre. Yo estaba enrollada con mi propia sexualidad y soñé con el corto. Me desperté el lunes en la mañana y vi desfilar -como en una bola de cristal- la película entera. Me quedé todo ese día escribiéndola. Fue más bien un regalo y no una decisión racional de cómo enfrentar el proyecto.
Fue muy loco porque como era tan chica nada me importaba, entonces le preguntaba a cualquier persona si quería participar. Como era un trabajo de escuela nadie pensó que se iba a difundir mucho, entonces era más fácil que la gente accediera a aparecer y dar su testimonio. Había amigos de amigos, al transformista lo conocí en una discothèque, y así fui contactando gente y eligiendo a los personajes.
Sí, es un docu-ficción. Yo entrevisté a estas personas por muchas horas y después hice un libro. En este libro de entrevistas busqué el lado que me interesaba de cada uno. Después generé unos textos de un minuto, basados en sus palabras, pero enfatizando lo que a mí me interesaba mostrar, la faceta más interesante de cada personaje. En el rodaje se les pasaba el texto y se les hacía actuar en una situación de ficción, o sea re-actuar estas palabras. Por eso quedó como una historia de realidad ficcionada.
Era la primera vez que alguien hacía una película así, entonces causó bastante revuelo. Pero hubo un gran apoyo por parte de la prensa, algo que agradezco porque si bien ahora les va bien a las películas chilenas, en 1996 era muy raro que alguien hiciera cine. Desde Siempre fue comentada en los diarios, fue reseñada en Cinemanía de España, en Cahiers du Cinéma, fue mostrada en el programa de televisión Cine Vídeo, en MTV...
Fue una batalla, porque se pasó de “hagamos una cuestión de escuela” a que el documental saliera en todos lados. Y en ese tiempo no era llegar y decir: "soy gay". Algunos de los personajes me llamaban llorando para que no mostrara la película. Fue muy complicado porque como yo no les hice firmar un contrato, entonces terminé mostrando en la televisión sólo las partes de las cuales tenía las autorizaciones. Esto también influyó en que no me esforzara por seguir difundiendo el corto en otros festivales.
¿Crees que en Chile hoy la sociedad es más abierta para hablar de sexo, erotismo y homosexualidad que en los 90?
Claro que ha habido una liberación. Cuando yo hice Desde Siempre, muchos de mis actuales amigos tenían unos 13 años. Ellos me han contado cómo el corto se transformó en una especie de ícono traficable en VHS porque ¡Santo Dios! mostraba gays, y ellos veían por primera vez en su vida algo así, al mismo tiempo que durante las proyecciones del corto algunos adultos lanzaban cosas a la pantalla o salían iracundos de las funciones ante tanta degeneración. En los noventa no se hablaba de los gays no había lugares gay friendly, ni gays en programas televisivos, ni en campañas políticas ni en ningún otro lado. Simplemente los gays no existían, sólo habitaban su ghetto gay junto a otros gays. Ghettos a los que era imposible llegar a no ser que se fuera de la mano de un gay. El tema todavía es denso y la gente sufre y se esconde. Y aunque los adolescentes de hoy tienen menos miedo a probar de todo y decir quiénes son, igual Chile sigue siendo un país predominantemente homofóbico.
La liberación adolescente me imagino que responde a una mezcla de factores, podría aventurar las cosas más obvias y evidentes. Veinte años de democracia hacen que florezca la diversidad y la gente tenga menos miedo de ser diferente, lo que lleva inevitablemente a una sociedad más tolerante. Internet y su fuerza demoledora que pone al alcance de todos, películas, libros, videos de diversas culturas donde este tema está superado o por lo menos más avanzado. Un niño o adolescente gay puede por lo tanto verse reflejado con sus angustias y dudas y encontrar posibles soluciones sólo al alcance de un clic. También la inclusión de homosexuales en las teleseries, que en Chile son creadoras de cultura, de cultura chatarra, pero cultura al fin y al cabo. Esto comenzó con el gay de la teleserie Machos, escrita evidentemente por dos guionistas homosexuales.
Yo trabajaba en una productora que se llamaba Cinecien, la cual tenía la idea de hacer una película a partir de tres historias. Una de ellas era el cuento Blokes del escritor Pedro Lemebel. Si bien ese largometraje nunca se hizo, yo quedé muy obsesionada con este relato que trata de un niño que en plena dictadura se enamora de su vecino adolescente. Se obsesiona con él y va a intentar conservarlo a toda costa, con consecuencias desastrosas para el mayor de ellos. Es una historia muy bonita porque muestra cómo la "gran historia" (dictadura) termina transformando a la "historia mínima" (el despertar sexual), en algo terrible. Tuve que perseguir a Lemebel durante varios años para poder obtener los derechos y adaptar la historia.
No, éste es un corto netamente de ficción. En cuanto a la estética, fue clave la utilización de unos lentes anamórficos que son los que usó Pablo Larraín ahora en su película Postmortem. Estos tienen un efecto wide, más ancho que un lente normal y definieron la estética de la película. Yo sabía que quería trabajar una historia que tratara de la sensualidad, utilizando la cámara lenta como recurso para hablar de los mundos interiores de los personajes, pero como el formato era tan particular, la técnica terminó generando un lenguaje. Fue curioso porque los lentes no permitieron que la sexualidad fuera abordada de una forma más explícita. Por ejemplo hay una escena en que el niño se masturba en un baño. Pero el baño era tan pequeño, que al personaje se le veía sólo la parte superior del cuerpo. No porque yo quisiera ser menos explícita, sino porque ese era el lente más abierto que yo tenía. Yo me lo imaginaba más crudo y un poco más violento, pero se suavizó con el tema de los lentes y el tamaño de las habitaciones.
Todas íbamos a ser reinas iba a ser mi primera película. Gané Corfo[1] y un premio de guión, pero como todavía no trabajaba en la productora Fábula, estaba sola y sacaba adelante el proyecto con mucho esfuerzo. Eran tres historias ambientadas en épocas distintas, un desafío sumamente complejo para una opera prima. Cuando entré a Fábula la presentamos al Fondo de Fomento Audiovisual y llegó a la final junto con Postmortem de Pablo Larraín. Los jurados nos querían premiar a los dos, pero en las bases decía que una productora no podía ganar financiamiento para más de un proyecto, y finalmente ganó Pablo. A pesar de todo, creo que esto fue una suerte porque hace tiempo que yo seguía el blog de una niña bisexual de familia evangélica, y quería hacer una película sobre ella. Fue así como nació Joven y Alocada. Escribimos el guión en tres semanas para presentarlo al Fondo de Fomento este año y lo ganamos.
La estamos postulando ahora como serie de TV, en doce capítulos. Son tres historias de mujeres, una de ellas ambientada el 11 de septiembre de 1973, otra el día del plebiscito (1988)[2], y la tercera el día de la elección de la presidenta Michelle Bachelet (2006). Todas están basadas en historias reales. La primera habla de María Paz Santibáñez, una pianista que quedó parapléjica tras ser baleada durante la dictadura. Después de muchos años recuperó sus facultades y pudo retomar su profesión. La siguiente está basada en dos mujeres que fueron las primeras que se casaron en territorio americano y que son chilenas. Cuando eran niñas estaban enamoradas y los papás las separaron. Una se casó y la otra se fue a Canadá. Muchos años después, la que vivía en Norteamérica supo que la otra se había divorciado y vino a Chile a buscarla. Cuando en Canadá aprobaron la ley de matrimonio homosexual, fueron las primeras en casarse. Y la tercera, es la historia de una joven a la cual su hermana menor le pide ayuda para abortar, el día en que se está eligiendo a Michelle Bachelet como presidenta. Es bueno que finalmente vayan para televisión y no para un largometraje porque son tres historias densas dramáticamente que necesitaban más desarrollo que 30 minutos cada una.
Lo que me atrae es la dualidad que tiene el personaje. Ella no se declara gay sino bisexual. Ella no es evangélica, pero como ha sido criada en esa cultura, le tiene miedo al infierno. Por una parte escribe un blog súper sexual, pero por otra, los papás no la dejan salir de noche. Ese conflicto constante, esa dualidad que tiene en todos los ámbitos de su vida, es lo que me interesó y eso quiero contar, mucho más que la problemática de ser gay o no ser gay. Me interesa el tema de la sensualidad, pero desde la perspectiva del sexo en su totalidad. Este guión lo quiero acercar a Desde Siempre para que tenga ese estilo de docu-ficción. En algún momento pensé que la niña que escribía el blog podría protagonizar la película, pero después me di cuenta de que no era conveniente para ella en términos familiares. Para construir el guión he hecho muchas entrevistas con esta chica. Y aunque hay elementos de ficción, la mayor parte son vivencias reales. La historia la hemos estado trabajando con la novelista María José Viera-Gallo y ahora va a entrar Pedro Peirano[3] como coguionista. Quiero empezar el rodaje en julio (2010) y la protagonista será finalmente Alicia Rodríguez, de Navidad (Sebastián Lelio, Chile, 2009). Me gustó la fuerza y el magnetismo que tiene en pantalla. Además, su edad correspondía con la edad del personaje, y creo que esto es algo importante.
¿Qué piensas de los festivales de temáticas gays que están en pleno auge en este momento?
Yo creo que centrarse sólo en este tipo de cine es malo, es un círculo muy pequeño. La gente que más necesita ver cine gay es la gente no gay y a estos festivales va pura gente gay. Entonces es como mirarse el ombligo. Pienso que uno tiene que ser capaz de crear películas que sean transversales, que generen interés por muchas otras razones. Lo que quiero despertar en el público con mi cine es pasión y reflexión sobre ellos mismos y su entorno. En Chile se están haciendo películas maravillosas. Creo que se están tocando todos los temas y espero poder aportar algo a este momento tan bonito que se está viviendo, gracias a los diferentes autores que han surgido. Es algo inédito.
[1] Premio de la agencia estatal de desarrollo económico de Chile encargada de impulsar la innovación en diferentes sectores productivos.
[2] En el Plebiscito de 1988 la sociedad chilena debió elegir entre proseguir con la dictadura de Augusto Pinochet o la apertura hacia un sistema democrático.
[3] Peirano fue coguionista de La Nana de Sebastián Silva (Chile, 2009).
1 comentario:
Hola muy interesante, no conocía el corto ni a la directora. Googleádo paginas de cine independiente los descubrí.
Si quieren, están invitados a ver mis trabajos en www.sebastianvargas-cine.blogspot.com
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